sábado, 9 de abril de 2011

¿Qué es lo que hay luego de la Frontera Final? Nada menos que Iron Maiden.

Apenas pasadas las 21.10 del viernes comienza a sonar Doctor Doctor de UFO, anticipando el comienzo del show, y luego el video introductorio con el tema “Satelite 15…The Final Frontier” apareció en las pantallas para ir calentando el ambiente. La Bestia se relamía detrás del telón.

Atrás habían quedado los shows de Adrián Barilari y de Kamelot, con Fabio Lione de Rhapsody of Fire en las voces reemplazando con altura a Roy Khan por una enfermedad que lo bajó de esta gira, el sonido de ambos shows eran preocupantes pero no reflejaron el sonido de la bestia.

El Canadiense Sam Dunn, director de los documentales Flight 666 y Metal: A Headbanger´s Journey, apareció brevemente en el escenario para decirnos lo que ya es sabido: somos uno de los mejores públicos del mundo y que por eso habían elegido estas tierras para filmar el DVD de esta gira.

Retornando con La Doncella, el setlist fue el mismo que venían haciendo en toda la gira. A la introducción de “Satelite…” le siguieron “El Dorado” y luego el primer gran pogo de la noche con” 2 Minutes to Midnight”, y las primeras palabras de Dickinson: Fueron la gran estrella del Flight 666 y por eso que es decidimos mostrarle al mundo lo grandioso que es el público Argentino”.

Le siguieron “Coming Home” y “Dance of Death”, para luego dar paso a una tremenda “The Trooper”, con bandera inglesa en mano por parte de Dickinson y, por fin, sin silbidos por parte del público.

El desenvolvimiento hasta este momento de los 5 en el escenario era impecable. Dickinson con una voz impecable y corriendo y saltando por todos lados. Steve Harris haciendo lo propio con su bajo, moviéndose constantemente y disparando hacia el público con su arma de 4 cuerdas. Nicko McBrain siempre con timing perfecto, sólido y sin errores. Los tres guitarristas se alternan los solos y melodías con una coordinación asombrosa. Janick Gers, el más histriónico con sus movimientos y poniendo la guitarra en 90º, Dave Murray mucho más sencillo en su estilo pero con una velocidad sorprendente, y Adrian Smith también con menos movilidad pero no por eso menos efectivo.

Continuaron con “The Wicker Man” y “Blood Brothers”, dedicado principalmente a todos los fans de Maiden que sufrieron algunos de los tantos desastres naturales de este año (principalmente los terremotos de Nueva Zelanda y Japón). La última del nuevo disco fue la bellísima “When the Wild Wind Blows”, muy coreada por el público.

Luego vino la seguidilla de clásicos, arrancando con “The Evil that Men Do”, con un Eddie estilo cyborg caminando por el escenario como principal atracción.” Fear of the Dark” siguió con el clásico “uooooo ooooo” como introducción y un incansable Dickinson corriendo por todo el lugar. Luego la infaltable “Iron Maiden”, para amagar con la despedida.

El “Oleee oleee oleee oleeeee Maideeeeen Maideeeeen” durante unos minutos se vio interrumpido por una voz del mas allá. Vincent Price nos explicaba cuál es el Numero de la Bestia y gente en llamas arrancó con los últimos pogos de la noche, continuándolos durante “Hallowed Be Thy Name,” para terminar con “Running Free”. Lo único que opacó un cierre perfecto fueron las bengalas, que parecen destinadas a estar siempre presentes a pesar de su prohibición luego de la tragedia de Cromagnon. Incluso el humo le llegó a Dickinson, que no disimuló su enfado y se corrió por un momento dejando de cantar debido a la humareda.

Finalmente llegó la introducción miembro por miembro y la ovación correspondiente para cada uno de los integrantes para terminar con un excelente show, por el cual esperamos su salida en DVD, que sería hacia fines de este año.

¿Valió la pena cruzar la Frontera Final? Definitivamente si.

SEBASTIAN CUESTA BACSKAY